El conocido científico griego en aprendizaje automático de la física cuántica y ciencia de los materiales, George Tsironis, declaró en entrevista con Sputnik que ahora uno d elos profesionales más buscados es aquel científico que sepa trabajar con macrodatos.
George Tsironis forma parte del grupo de profesores del iPHD en materiales cuánticos que impartirá la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Moscú.
Para Tsironis este es el primer iPHD de su tipo porque «hasta ahora en ningún sitio del mundo se han dado cursos de aprendizaje automático en materiales cuánticos».
Para el especialista griego, la importancia de este nuevo tipo de aprendizaje consiste en que, en todos los ámbitos de la ciencia, se buscan nuevos tipos de trabajo con macrodatos.
Su curso está dedicado precisamente a eso: Data Science (la ciencia de macrodatos) y aprendizaje automático (Machine learning).
A juicio del científico, «todo esto permite en cortos plazos introducir al estudiante en la Gran Ciencia para que los jóvenes científicos puedan trabajar con los macrodatos y utilizarlos en sus investigaciones»
Tsironis recalcó que uno de los objetivos de estudio más importantes en la física cuántica son los cúbits del ordenador cuántico porque surge un enorme volumen de datos que debemos clasificar, utilizar y ajustar las relaciones entre algunos cúbits.
Y añadió que los cúbits y computadoras cuánticas ya se están fabricando. Gracias a ello es que aparecen unas nuevas matemáticas que se distinguen de las habituales.
El aprendizaje automático permite trabajar con estas matemáticas, crear nuevos algoritmos y tareas, dirigir el trabajo del ordenador cuántico y manejar los macrodatos a un nivel completamente diferente.
«El aprendizaje automático nos llevará hasta el punto en que la computadora cuántica sea capaz de aprender por sí misma», vaticinó Tsironis.
En teoría el ordenador se enfrentará a un problema, pero podrá buscar bajo su propia iniciativa los datos necesarios, enseñarse a sí mismo y resolver el problema. A diferencia de la computadora que le indicamos lo que debe hacer, elegimos el programa y la máquina resuelve alguna tarea.
Tsironis aseguró que un ordenador cuántico, a pesar de su probable autonomía, nunca podrá actuar contra las órdenes de los científicos.
«En cualquier momento podemos desconectarlo de la corriente», ironizó.